Los dirigentes de la "Academia" comenzaron a trabajar para buscar al futuro reemplazante de Juan Manuel Llop. Es que la relación con el técnico está rota, los jugadores no lo quieren y la hinchada comenzó a perder la paciencia. Una derrota ante Independiente sería fatal para la carrera de "Chocho" en Avellaneda.
Aunque nunca lo van a reconocer, un grupo de dirigentes comenzó a sondear a los allegados de los "papables" para el banco caliente de la Academia. Si bien la idea de la directiva es apostar a alguien identificado con la camiseta, no quieren recaer en nombres que ya han fracasado en la institución. El candidato de la gente es Reinaldo "Mostaza" Merlo, el entrenador que consiguió el único festejo grande del club en las últimas cuatro décadas. Sin embargo, ni el club ni el DT piensan por ahora en una relación que los vuelva a unir. Es más, las partes están en juicio por una deuda que mantiene la institución que el hombre de la estatua.
Con Merlo descartado, la directiva centró su mirada en dos históricos del club: Diego Simeone y Claudio Úbeda.
El "Cholo" debutó justamente como DT en la Academia en el Clausura de 2006, luego de su retiro como jugador profesional, en donde alternó buenas y malas. Luego, fue contratado por Estudiantes, club que lo consagró en la función de entrenador con la vuelta olímpica en el Apertura.
Tras fracasar con River, Simeone tiene ganas de tomarse una revancha personal en el medio local. Sin embargo, la negociación no es fácil porque el DT también fue sondeado en varias oportunidades desde el fútbol Europeo.
En la Lazio lo quieren, el Atlético de Madrid siempre lo tiene en carpeta y otros equipos lo han llamado durante sus vacaciones para consultarlo sobre cuáles eran sus perspectivas laborales.
No obstante, la camiseta de Racing siempre le tiró al "Cholo" y no sería descabellado pensar en una nueva etapa del ex capitán de la Selección como entrenador en Avellaneda. Hoy, es la prioridad para la Comisión Directiva y para algunos referentes del plantel que ya lo tuvieron como compañero.
El otro postulante es el otrora defensor Claudio Úbeda, quien en las próximas horas podría ser contactado por allegados a la dirigencia académica. El "Sifón", retirado hace algún tiempo de la actividad, no pondría demasiados reparos para asumir el puesto, creen hoy en Racing.
El clásico del próximo domingo ante Independiente será determinante para conocer los tiempos del recambio. Es que una derrota provocaría un cambio inmediato de DT, mientras que un triunfo sólo prorrogaría un final inevitable.
Con Merlo descartado, la directiva centró su mirada en dos históricos del club: Diego Simeone y Claudio Úbeda.
El "Cholo" debutó justamente como DT en la Academia en el Clausura de 2006, luego de su retiro como jugador profesional, en donde alternó buenas y malas. Luego, fue contratado por Estudiantes, club que lo consagró en la función de entrenador con la vuelta olímpica en el Apertura.
Tras fracasar con River, Simeone tiene ganas de tomarse una revancha personal en el medio local. Sin embargo, la negociación no es fácil porque el DT también fue sondeado en varias oportunidades desde el fútbol Europeo.
En la Lazio lo quieren, el Atlético de Madrid siempre lo tiene en carpeta y otros equipos lo han llamado durante sus vacaciones para consultarlo sobre cuáles eran sus perspectivas laborales.
No obstante, la camiseta de Racing siempre le tiró al "Cholo" y no sería descabellado pensar en una nueva etapa del ex capitán de la Selección como entrenador en Avellaneda. Hoy, es la prioridad para la Comisión Directiva y para algunos referentes del plantel que ya lo tuvieron como compañero.
El otro postulante es el otrora defensor Claudio Úbeda, quien en las próximas horas podría ser contactado por allegados a la dirigencia académica. El "Sifón", retirado hace algún tiempo de la actividad, no pondría demasiados reparos para asumir el puesto, creen hoy en Racing.
El clásico del próximo domingo ante Independiente será determinante para conocer los tiempos del recambio. Es que una derrota provocaría un cambio inmediato de DT, mientras que un triunfo sólo prorrogaría un final inevitable.
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