Los hinchas y socios de los clubes deberán pagar más cara la entrada por la nueva seguridad que les ofrece la AFA y también responderse un dilema de hierro: o se empadronan –a riesgo de perder una buena dosis de su privacidad– o no podrán ir más a la cancha a ver al equipo de sus desvelos.
El convenio que están a punto de firmar los dirigentes encabezados por Julio Grondona con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y Telecom para dotar al fútbol de un plan integral contra la violencia les saldrá a los espectadores un adicional de 7,80 por sobre los 30 pesos que ya vale la popular en un partido de Primera División. Este proyecto, en el que participará la empresa telefónica como adjudicataria, requiere de una inversión de 60 millones de dólares que saldrá de aquel aumento aplicado al bolsillo del público.
La AFA no pondrá un centavo, mientras que Lanús, la institución elegida para realizar la primera experiencia piloto en su estadio, decidió no contratar los servicios de la UTN y Telecom, pero sí los de una compañía privada que le cobrará menos, ECSA (Estrategias Competitivas SA), para instalar un sistema parecido en todas sus instalaciones.
Las declamadas buenas razones para montar tecnología que incluye tarjetas de identificación con microchip, puertas biométricas y un padrón de huellas dactilares y otros datos personales de los espectadores son defendidas desde la AFA con el mismo énfasis que ponen sus detractores para atacar la inversión.
“Ni los clubes ni la AFA van a pagar algo. El adjudicatario deberá financiar todo”, dice José Luis Meiszner, el secretario ejecutivo de la asociación que el 27 de diciembre de 2007 presentó esta iniciativa en el predio de Ezeiza junto a la UTN. “Crear un banco de datos supra como lo haría la AFA vulnera los derechos de las personas. Nos parece un negocio total. El proyecto de las entradas digitales es bueno, pero no es bueno gastar más de 60 millones de dólares en él. La AFA está cebada porque los clubes no van a protestar”, afirmó Juan Manuel Lugones, abogado de Favifa (Familiares de Víctimas de la Violencia en el Fútbol Argentino).
Un artículo o cláusula del contrato que aún no se firmó establece lo que ningún dirigente se atrevió a explicar en público. Que el financiamiento del plan se hará aumentando las entradas de los partidos un 26 por ciento. O sea, a los 30 pesos que cuesta ahora una popular, habrá que sumarles 7,80. Tal como parece, los clubes no desembolsarán dinero, pero sí sus socios y simpatizantes.
Lanús, el club elegido para el primer operativo con la nueva tecnología, irá más allá del fútbol. Desde hace tiempo planeaba modernizar los controles de acceso a todas sus instalaciones, por lo que solicitó presupuestos para diseñar el carnet con banda magnética para sus socios y la remodelación de sus puertas de ingreso. Lo esperable habría sido que optara por los servicios de la UTN (una universidad estatal), pero abarató costos al contratar un sistema por aproximación y no por huella digital de la empresa Estrategias Competitivas SA (ECSA), dedicada a la promoción y producción de espectáculos deportivos.
El presidente Alejandro Marón señaló que “la prueba piloto no tendrá un costo adicional y se hará en este torneo”, un hecho que también se repetiría en las canchas de Newell’s, Vélez y Colón si prosperan los pedidos de esos clubes. En Lanús se les entregará a los asociados el nuevo carnet con la banda magnética dentro de tres meses y se les explicará que, si quieren ir a presenciar los partidos del equipo, tendrán que empadronarse.
El registro de hinchas y socios, al que cada uno deberá aportar su huella digital, fotografía y número de documento –hasta hoy no se especificaron otros requerimientos–, es, junto a la importante inversión económica, el otro foco de conflicto que tiene el plan.
Según Meiszner, el padrón es un tema que ya se analizó en el Ministerio de Justicia de la Nación, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y otros organismos del Estado en las provincias de Córdoba y Santa Fe. Además, lo aprobó en un santiamén el Comité Ejecutivo de la AFA. Los plazos previstos que tienen los dirigentes son: las pruebas piloto para este año y el lanzamiento del proyecto en una veintena de estadios de Primera División para el 2010. El Ascenso deberá esperar por lo que se denominará Padrón Unico de Identificación de Aficionados (PUIA). Este registro se alimentará con los datos que las personas voluntariamente, aporten en sus clubes y las ligas del interior del país. Quien no esté empadronado se quedará sin ver fútbol.
Telecom, la compañía que la UTN le acercó a la AFA para ocuparse de la tecnología antiviolencia, conservará toda la información de unos cuatro millones de aficionados al fútbol. “No está claro quién va a manejar ese padrón y cuál será el sentido que se les dará a los datos que tengan ahí”, sostuvo el abogado Lugones. En la AFA dicen que el banco de datos le pertenecerá a la entidad que conduce Julio Grondona. Pero el miércoles pasado, Jorge Fraga, el director operativo del plan, respondió en un informe publicado por Clarín que “la información se guardará en una base que es el data center de Telecom sobre la Panamericana, con medidas de seguridad basadas en normas internacionales. Es un bunker con custodia policial y está protegido contra ‘bombas atómicas’. Será difícil hackearlo”.
Fraga dio la cara en esta operación comercial desde el encuentro en Ezeiza a fines de 2007. Y se ha mostrado a menudo con el ingeniero Guillermo Oliveto, secretario de Cultura y Extensión Universitaria de la UTN, para difundir las bondades del proyecto de empadronamiento. “Racing lo acaba de usar para sus elecciones y fue un éxito”, dijo el primero para poner un ejemplo de su eficacia. Desde la AFA también se nombró una comisión que analizó el plan y que integraron Carlos Portell, de Banfield; Alejandro Marón, de Lanús; Fernando Casalla, de Estudiantes de La Plata, y Luis Segura, de Argentinos Juniors, entre otros.
La UTN relevó casi un centenar de compañías para llevar adelante la idea y Telecom se transformó en la elegida para centralizar las inversiones de los diferentes módulos de trabajo. “Las recaudaciones las administrará la empresa y rendirá cuentas a los clubes”, aseguró Meiszner. ¿Cómo se hará del dinero? Los empadronados adquirirán su entrada virtual en un cajero automático (la AFA dispondrá de tarjetas especiales para las personas que no estén bancarizadas) y con ese comprobante irán después al partido. La huella digital hará lo demás. La persona que tenga antecedentes o prohibición de concurrencia dictaminada por un juez no podrá pasar la puerta biométrica por la que se ingresa de a uno por vez.
Después de los sistemas de audio y video en que los clubes gastaron fortunas durante los años ’90, los dirigentes aprendieron de aquella experiencia. Ahora, la tecnología al servicio del control de una minoría violenta se pagará con un bono adicional de 7,80 que expulsará a más hinchas de las canchas. Que el último muestre el pulgar y apague la luz.
La AFA no pondrá un centavo, mientras que Lanús, la institución elegida para realizar la primera experiencia piloto en su estadio, decidió no contratar los servicios de la UTN y Telecom, pero sí los de una compañía privada que le cobrará menos, ECSA (Estrategias Competitivas SA), para instalar un sistema parecido en todas sus instalaciones.
Las declamadas buenas razones para montar tecnología que incluye tarjetas de identificación con microchip, puertas biométricas y un padrón de huellas dactilares y otros datos personales de los espectadores son defendidas desde la AFA con el mismo énfasis que ponen sus detractores para atacar la inversión.
“Ni los clubes ni la AFA van a pagar algo. El adjudicatario deberá financiar todo”, dice José Luis Meiszner, el secretario ejecutivo de la asociación que el 27 de diciembre de 2007 presentó esta iniciativa en el predio de Ezeiza junto a la UTN. “Crear un banco de datos supra como lo haría la AFA vulnera los derechos de las personas. Nos parece un negocio total. El proyecto de las entradas digitales es bueno, pero no es bueno gastar más de 60 millones de dólares en él. La AFA está cebada porque los clubes no van a protestar”, afirmó Juan Manuel Lugones, abogado de Favifa (Familiares de Víctimas de la Violencia en el Fútbol Argentino).
Un artículo o cláusula del contrato que aún no se firmó establece lo que ningún dirigente se atrevió a explicar en público. Que el financiamiento del plan se hará aumentando las entradas de los partidos un 26 por ciento. O sea, a los 30 pesos que cuesta ahora una popular, habrá que sumarles 7,80. Tal como parece, los clubes no desembolsarán dinero, pero sí sus socios y simpatizantes.
Lanús, el club elegido para el primer operativo con la nueva tecnología, irá más allá del fútbol. Desde hace tiempo planeaba modernizar los controles de acceso a todas sus instalaciones, por lo que solicitó presupuestos para diseñar el carnet con banda magnética para sus socios y la remodelación de sus puertas de ingreso. Lo esperable habría sido que optara por los servicios de la UTN (una universidad estatal), pero abarató costos al contratar un sistema por aproximación y no por huella digital de la empresa Estrategias Competitivas SA (ECSA), dedicada a la promoción y producción de espectáculos deportivos.
El presidente Alejandro Marón señaló que “la prueba piloto no tendrá un costo adicional y se hará en este torneo”, un hecho que también se repetiría en las canchas de Newell’s, Vélez y Colón si prosperan los pedidos de esos clubes. En Lanús se les entregará a los asociados el nuevo carnet con la banda magnética dentro de tres meses y se les explicará que, si quieren ir a presenciar los partidos del equipo, tendrán que empadronarse.
El registro de hinchas y socios, al que cada uno deberá aportar su huella digital, fotografía y número de documento –hasta hoy no se especificaron otros requerimientos–, es, junto a la importante inversión económica, el otro foco de conflicto que tiene el plan.
Según Meiszner, el padrón es un tema que ya se analizó en el Ministerio de Justicia de la Nación, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y otros organismos del Estado en las provincias de Córdoba y Santa Fe. Además, lo aprobó en un santiamén el Comité Ejecutivo de la AFA. Los plazos previstos que tienen los dirigentes son: las pruebas piloto para este año y el lanzamiento del proyecto en una veintena de estadios de Primera División para el 2010. El Ascenso deberá esperar por lo que se denominará Padrón Unico de Identificación de Aficionados (PUIA). Este registro se alimentará con los datos que las personas voluntariamente, aporten en sus clubes y las ligas del interior del país. Quien no esté empadronado se quedará sin ver fútbol.
Telecom, la compañía que la UTN le acercó a la AFA para ocuparse de la tecnología antiviolencia, conservará toda la información de unos cuatro millones de aficionados al fútbol. “No está claro quién va a manejar ese padrón y cuál será el sentido que se les dará a los datos que tengan ahí”, sostuvo el abogado Lugones. En la AFA dicen que el banco de datos le pertenecerá a la entidad que conduce Julio Grondona. Pero el miércoles pasado, Jorge Fraga, el director operativo del plan, respondió en un informe publicado por Clarín que “la información se guardará en una base que es el data center de Telecom sobre la Panamericana, con medidas de seguridad basadas en normas internacionales. Es un bunker con custodia policial y está protegido contra ‘bombas atómicas’. Será difícil hackearlo”.
Fraga dio la cara en esta operación comercial desde el encuentro en Ezeiza a fines de 2007. Y se ha mostrado a menudo con el ingeniero Guillermo Oliveto, secretario de Cultura y Extensión Universitaria de la UTN, para difundir las bondades del proyecto de empadronamiento. “Racing lo acaba de usar para sus elecciones y fue un éxito”, dijo el primero para poner un ejemplo de su eficacia. Desde la AFA también se nombró una comisión que analizó el plan y que integraron Carlos Portell, de Banfield; Alejandro Marón, de Lanús; Fernando Casalla, de Estudiantes de La Plata, y Luis Segura, de Argentinos Juniors, entre otros.
La UTN relevó casi un centenar de compañías para llevar adelante la idea y Telecom se transformó en la elegida para centralizar las inversiones de los diferentes módulos de trabajo. “Las recaudaciones las administrará la empresa y rendirá cuentas a los clubes”, aseguró Meiszner. ¿Cómo se hará del dinero? Los empadronados adquirirán su entrada virtual en un cajero automático (la AFA dispondrá de tarjetas especiales para las personas que no estén bancarizadas) y con ese comprobante irán después al partido. La huella digital hará lo demás. La persona que tenga antecedentes o prohibición de concurrencia dictaminada por un juez no podrá pasar la puerta biométrica por la que se ingresa de a uno por vez.
Después de los sistemas de audio y video en que los clubes gastaron fortunas durante los años ’90, los dirigentes aprendieron de aquella experiencia. Ahora, la tecnología al servicio del control de una minoría violenta se pagará con un bono adicional de 7,80 que expulsará a más hinchas de las canchas. Que el último muestre el pulgar y apague la luz.
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