El astro brasileño casi ya no juega en Milan, tal como le pasara en sus últimos tiempos en Barcelona. El agravante es que apenas pasaron ocho meses y medio desde que se concretó su traspaso, por el que el club italiano desembolsó cerca de 25 millones de euros.
La prensa europea destaca que Ronaldinho ya no ríe y que en los últimos días salió a decir públicamente que no es feliz en Milán y que desea cambiar de aire. Por el momento, sonó el nombre del Manchester City, en cuyo dueño, el poderoso jeque árabe Sulaiman Al Fahim, radican las esperanzas de causar un gran impacto con una compra sin riesgos de sufrir mayores consecuencias en caso de completar un nuevo fracaso deportivo."Esta temporada no está siendo positiva para mí, tengo que reunirme con Galliani, pero soy un profesional y debo ayudar a que el equipo consiga sus objetivos.
El final de temporada será el momento de hablar", reconoció "Dinho" ante la prensa inglesa.Por supuesto que en Milán la decepción es total. El sueño del jefe del club, Silvio Berlusconi, duró lo que un suspiro y el delantero jamás recuperó el nivel de antaño: de los 38 partidos que jugó el equipo en la temporada, el brasileño estuvo presente en la mitad. Su último gol lo marcó hace cuatro meses.
Tal vez como Ronaldo y Adriano, sus compatriotas que lograron salvar su carrera de regreso al fútbol brasileño, Ronaldinho tenga que volver a las fuentes para recuperar la memoria y, por fin, volver a ser.
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