La ocupación de la confitería de Platense por parte de un barra identificado como Luis Leiva y vinculado a Chacarita es un tema que preocupa en Vicente López, ya que no sólo maneja su negocio de manera ilegal y sin mostrar habilitación municipal, sino que también amenazó a un dirigente de la entidad "calamar".
El tema traspasó las fronteras del club y llegó al Concejo Deliberante de Vicente López, donde la Comisión de Deportes realizó una reunión para tratar los detalles de lo que sucede.Uno de los ejes de la polémica tiene que ver con que Leiva no acreditó ningún contrato de locación a pesar de haber sido intimado legalmente.Además, es llamativo el hecho de que inspectores municipales que se dirigieron a clausurar el comercio fueron amenazados, por lo que no pudieron llevar a cabo su objetivo. Los socios, en tanto, se quejan de que no disponen de la confitería en cuestión durante los horarios de las prácticas deportivas: no se consiguen ni bebidas, por ejemplo. En cambio, sí hay vía libre durante determinadas madrugadas.En el pedido de informes que impulsaron los concejales Blanca Díaz, Walter Rojas y Carlos Roberto se destaca la solicitud hacia el municipio para que "detalle respecto de las instalaciones y servicios habilitados de esa institución. Número de expediente y/o expedientes bajo el cual se otorgó la habilitación correspondiente. Específicamente mencione la situación del buffet y/o confitería, cancha de tenis, natatorio y teatro municipal. Deuda que la entidad tiene con el municipio.
Convenios del Departamento Ejecutivo con dicho club". La comisión de Deportes está presidida por el concejal y ex futbolista Antonio Rattin.
La odisea de un dirigente
Que la situación es violenta bien lo puede asegurar el secretario general del club, Mario Spinelli, a quien golpearon (lo atacó un patovica a la salida del estadio), amenazaron por teléfono y hasta le enviaron una corona, lo que significa un claro mensaje mafioso.
El tema Spinelli no terminó ahí, ya que tuvo su prolongación en una serie de pintadas en su contra; en una de ellas se leía el típico "sos boleta"."Apenas empezó todo esto, comencé a tener llamados telefónicos amenazantes y las paredes del Club aparecían con pintadas que decían 'Spinelli sos boleta' y 'Spinelli te vas a tener que ir'", recuerda el dirigente.
En la confitería, inclusive, se realizó el 19 de junio pasado una cumbre de barras, avalada por la ex ONG Nuevo Horizonte para el Mundo.El local, entonces, fue cerrado para los socios y durante la duración del encuentro quedó en poder de barras de distintos clubes. Otro ejemplo de sospecha: cuando se llenó la pileta para la temporada veraniega, ésta amaneció también con arena. Y hubo un dato casual: el arenero estaba vacío.
"No quiero jugar al héroe.
Vengo denunciando lo que sucede desde el primer mensaje que tuve. Siguieron, me pegaron, ahora la corona. ¿Qué tengo que esperar?", contó y preguntó Spinelli.Por su lado, el Coprosede poco y nada hizo hasta el momento para colaborar con el fin de esta anomalía.Se da, en Platense, un caso tal vez poco común en el fútbol argentino: un club que quiere sacarse a algunos barras de encima. Pero como contrapartida, nadie asegura a esos dirigentes que no les vaya a ocurrir nada. Mientras, los violentos siguen adelante con su negocio poco claro. Y nadie los detiene.
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