Los cinco goles que sufrió el domingo, ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, significaron un auténtico cachetazo para Juan Marcelo Ojeda, quien quedó expuesto una vez más y podría perder la titularidad en el próximo partido de River, el jueves por la Copa.
El actual dueño del arco "millonario" evitó referirse a lo sucedido el domingo. Es más, se retiró en silencio del entrenamiento cuando todos reclamaban su testimonio pero seguramente le dio tanta verguenza que enterrarse vivo hubiera sido el menor castigo por semejante actuacion.
Un signo de que su situación no es la mejor y que perdió otra cuota de confianza del entrenador, Néstor Gorosito, quien ya no lo defendió como después de la primera fecha.
En aquella oportunidad, tras los dos bombazos de Colón que le amargaron el debut, "Pipo" sostuvo que "no llegaba ni Superman", una exageración que intentó abortar la discusión.
Ahora, luego del 1-5 ante San Lorenzo, ya no fue tan contundente. "Es una posibilidad", deslizó cuando le preguntaron si Mariano Barbosa saldría a la cancha próximamente.
El caso es que a Barbosa tampoco le comunicaron nada. El plantel instalado en Lima, para jugar antte Universidad de San Martín, y el ex "Pincha" ni siquiera sabe si se sube al avión."No me dijeron nada. No sé si viajo, ni sé si juego", tiró el joven arquero, pero todos sabemos que le llego la hora de la verdad. "Tampoco escuché lo que dijo el DT. Conmigo no hablaron", agregó.
Así de hermético anda River. Poco que ver con lo que sucede bajo sus tres palos. Igual que quede claro la entrada o salida de Ojeda no modifica nada, el equipo es un verdadero convinado de piedra.